Frutas y verduras
Estos alimentos de origen vegetal son la principal fuente de vitaminas y de minerales en la dieta de muchas personas. Además las verduras y las frutas son bajas en calorías y ricas en fibras saludables que favorecen la digestión y previenen el aumento de peso al provocar una sensación de saciedad.
Los expertos recomiendan el consumo diario de estos tipos de alimento. Es preferible incluir una amplia variedad de frutas y verduras en la rutina nutricional puesto que esto aumenta el rango de nutrientes obtenidos; así, por ejemplo, los cítricos contienen grandes cantidades de vitamina C, mientras que los vegetales de hoja verde destacan por su riqueza en vitamina A.
En esta imagen verán los principales alimentos que contienen vitaminas y minerales, como el limón, el banano, el tomate, el durazno, el lulo, el kiwii, la zanahoria, la pera y entre otros vegetales.
En esta imagen verán los principales alimentos que contienen vitaminas y minerales, como el limón, el banano, el tomate, el durazno, el lulo, el kiwii, la zanahoria, la pera y entre otros vegetales.
Cereales, panes, pasta y otros derivados
Dentro de esta categoría se engloban todos los alimentos derivados de cereales como el trigo, el maíz, la avena, el arroz, la quinoa, la cebada, el centeno, el mijo o el sorgo; por tanto, clasificamos aquí el pan y otros productos de repostería, la pasta, las gachas, los copos de cereal o el cuscús, entre otros.
Los alimentos de este tipo aportan muchos hidratos de carbono, también llamados “glúcidos” y “carbohidratos”, que son utilizados por el organismo como fuente de energía a corto plazo. Los cereales que conservan el germen y el salvado son por lo general más nutritivos que los refinados.
Legumbres (o leguminosas)
Entre las legumbres encontramos las lentejas, los garbanzos, la soja, las judías o frijoles, los guisantes o chícharos, las habas y los cacahuetes. Estos alimentos contienen nutrientes similares a los de los cereales y los tubérculos, aunque su proporción de proteínas y de hierro es mayor. Son ideales para complementar dietas basadas en cereales.
Tubérculos
Los tubérculos son gruesos tallos subterráneos que contienen la mayor parte de los nutrientes de una planta. Los más populares son la patata y el boniato, conocidas respectivamente como “papa” y “batata” en Latinoamérica. Este tipo de alimento es rico en almidón, vitaminas y minerales, aunque su aporte de proteínas es relativamente bajo.
Frutos secos
Las nueces, las almendras, las avellanas, las uvas pasas, los higos secos, los piñones, los pistachos, los dátiles, las castañas, los anacardos o las semillas de girasol contienen muchas proteínas y grasas saludables. Por lo general es suficiente con comer unos pocos ya que aportan una cantidad elevada de calorías y de hidratos de carbono.
Carne, pescado y huevos
Los alimentos de este tipo contienen una proporción muy elevada de proteínas y de hierro, así como una cantidad variable de grasas. Dentro de este grupo cabe destacar los pescados azules como el salmón y el atún, que son ricos en ácidos grasos omega-3, más saludables que los que encontramos en otros productos cárnicos.
Leche y productos lácteos
La leche, el queso, el yogur y otros productos lácteos son conocidos por su alto contenido en calcio, que resulta fundamental para el crecimiento de los huesos. También contienen niveles significativos de proteínas animales, fósforo, ácidos grasos y carbohidratos, entre los que destaca la lactosa.
Aceites, grasas y mantequillas
La mantequilla y los aceites vegetales, entre otros, son alimentos muy calóricos y por tanto proporcionan una gran cantidad de energía; no obstante, pueden ser perjudiciales si se consumen en exceso, por lo que es importante limitar su uso. El aceite de oliva es el más saludable de todos estos tipos de alimento, mientras que el aceite de palma tiene un valor nutritivo escaso.
Alimentos ricos en grasa, azúcar y sal
Los expertos recomiendan limitar el consumo de los alimentos de este tipo: dado su alto contenido en azúcares, sales y grasas saturadas, contribuyen mucho al aumento de peso y favorecen la aparición de trastornos físicos como la obesidad, la diabetes tipo 2, las alteraciones cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer.
Bebidas
Además del agua, un líquido absolutamente necesario para el correcto funcionamiento del organismo y que está contenido en todos los alimentos, también es relevante mencionar las bebidas estimulantes como el café, el té y las bebidas azucaradas, que pueden ser perjudiciales para la salud, como hemos mencionado en el apartado anterior.
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